dom 22 de diciembre de 2024

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Industria

¿Los autos de antes duraban más que los actuales?

Planteamos el tema en torno a la obsolescencia programada de los vehículos.

¿Los autos de antes duraban más que los actuales?

En 1924 el entonces Jefe Ejecutivo de General Motors tuvo una idea que cambió la industria automotriz para siempre: empezó a modificar los autos de forma anual, lo que hizo que el dueño del modelo presentado un año atrás sintiera que ya tenía un coche “viejo” y por ende pasaba a tener el deseo de poner el nuevo en su garage.

La idea de Alfred P. Sloan sembró el consumismo y muchas otras empresas la implementaron, a tal punto que hoy sigue siendo una especie de bola de nieve ya que está en constante expansión. Sin embargo, también generó en algunos la idea de que los coches son diseñados para funcionar solo durante un cierto tiempo, después del cual resulta tan caro mantenerlo que es mejor comprar uno nuevo. No es exactamente así como funciona la industria, pero algo de esto hay.

¿Los autos actuales durán más que los de décadas pasadas?

Entre las opiniones de los integrantes de la industria, muchos creen que los autos antiguos duraban más. Otros incluso piensan que eran más seguros, al sostener que el espesor de los materiales era un factor de protección para los ocupantes. Ninguna de esas creencias es 100% cierta, aunque la primera algo de verdad tiene.

Antes de que la electrónica fuera parte de los autos, la mecánica era lo único con lo que contaban. Resultaba más proclive a las improvisaciones, por ejemplo para que alguien habilidoso construyera alguna que otra parte con sus propias manos. Antes de la electrónica era posible tener un auto para toda la vida, siempre y cuando se tuviera el cuidado pertinente. Sin embargo, era necesario estar más atento en cuanto al mantenimiento. Acciones como ponerle agua a la batería, cambiar bujías y llenar al sistema de enfriamiento -por lo menos cada semana- eran comunes y hasta recurrentes.

Los materiales más gruesos de la carrocería solo hacían que los autos fueran más pesados y gastaran más combustible, pero no influían en nada en cuanto a seguridad, ya que esta depende de la estructura. Prueba de ello fue el ensayo realizado por el IIHS en conmemoración a su 50º aniversario: hizo una prueba de choque entre dos Chevrolet, un Malibú 2009 contra un Bel Air 1959. El ocupante del Bel Air probablemente se hubiera muerto y el del Malibú saldría sin mayores daños.

Mecánica de hoy: Miles de kilómetros sin problemas

Hoy se puede andar en un auto mucho más tiempo sin hacerle nada o haciendole muchos menos service que antes. La tecnología de los aceites mejoró mucho, las bujías duran más de 100 mil kilómetros, la batería es sellada y los sistemas de enfriamiento también. Tal es así que los problemas comunes de los autos antiguos prácticamente desaparecieron, como la oxidación de la carrocería, por ejemplo. Es más: en 2018 la empresa IHS Markit hizo un estudio que estimó que la edad promedio de los autos en circulación en Estados Unidos era mayor que nunca, llegando a 11.8 años.

En la actualidad es cada vez más común ver vehículos cuyo kilometraje total supera los 200 mil kilómetros, con las marcas Toyota y Honda mostrando los mejores promedios. Sin embargo, y de acuerdo a un estudio hecho en 2014 por Autocosmos en México, los dos vehículos que con mayor frecuencia pasan los 320 mil kilómetros sin mayores problemas son estadounidenses: la Ford F-150 y la Chevrolet Suburban. El 4.2% de las F-150 se mantienen funcionando con un kilometraje igual o superior a lo antes mencionado, mientras que sucede algo similar en el 3.6% de las Suburban.

Electrónica: El enemigo del libre mantenimiento

Más allá de la evolución de la industria, hay ciertas partes de los vehículos que sí están diseñadas para durar solo por un tiempo determinado. En algunos casos son los airbags, que mandarán un mensaje de error cuando cumplan 10 años de vida, obligando el conductor a cambiarlos. En autos de muy bajo costo ese cambio podría significar un valor tan grande comparado al precio del vehículo en el mercado, por lo que no valdría la pena llevarlo a cabo. En un caso como este sí aplica la idea de la obsolescencia programada.

El tema de la electrónica es más complejo: el problema general es que el hardware no soporta actualizaciones infinitas de software, por lo que necesita ser sustituido. Para peor, cuando un auto es demasiado antiguo y ya hay pocos de ellos en las calles, las marcas dejan de prestarle atención ya que no vale la pena seguir con las actualizaciones. Así, la dificultad de mantenimiento se incrementa.

En resumen, los autos no tienen obsolescencia programada y hoy duran más que antes. Sin embargo, cuando lo que se quiere es tener un auto para toda la vida, lo mejor es tener uno fabricado antes de la era electrónica, porque es esta misma electrónica la que se hará vieja primero y que resultará sumamente complicada, por no decir imposible, de reemplazar.

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