Una de las tantas cosas buenas de ser piloto de Fórmula 1, es el acceso que se puede tener a prácticamente cualquier vehículo en general, ya sea por patrocinio o gusto personal, pero bien sabemos que, como le dijo el tío Ben a Peter Parker (Spiderman): “Un gran poder requiere una gran responsabilidad”
Ya hemos visto en otras ocasiones que a veces los pilotos de F1 tienen percances con sus autos, como fue el caso de Lewis Hamilton y su Pagani Zonda 760LH (que después lo volvió a chocar su nuevo dueño) y en esta nueva ocasión, el protagonista es Charles Leclerc, el piloto monegasco que corre para Ferrari.
Si bien el jóven piloto reside en Mónaco y el circuito callejero es prácticamente el patio de su casa, se ve que no está acostumbrado a recorrerlo con tráfico:
Lamentablemente, el monegasco tuvo un mal cálculo o una distracción en una de las curvas y mientras circulaba con su Ferrari Purosangue, chocó muy despacio al SUV que estaba frenado adelante suyo. Lo que me llama un poco la atención es que no haya actuado el frenado autónomo de emergencia, aunque quizás a velocidades tan bajas no funciona, o como el vehículo no estaba completamente adelante, el radar no llegó a detectarlo.
Los daños no fueron de importancia; el hecho fue totalmente desafortunado y sin intención, así que seguramente ambos involucrados llegaron a un acuerdo. Como decimos en Argentina, la persona dentro de la compañia de seguros del otro vehículo debe haber dicho: "¿Que te chocó un qué?". De todas formas, no parece que el arreglo sea muy complicado, hemos visto choques peores en nuestro país que fueron arreglados.
Afortunadamente, Leclerc no chocó ninguno de sus otros vehículos, ya que este Ferrari Purosangue es el más "común" que tiene; en el garage del monegasco también hay una 812 Competizione A, una 275 GTB Serie 1, una Daytona SP3 negro mate y una 488 Pista Spider negro mate.
Test Drive
