dom 22 de diciembre de 2024

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Autos ecológicos

¿Es preferible un eléctrico con mejor velocidad de carga o con mayor capacidad?

Evaluamos si el tamaño de la batería de un auto eléctrico es tan fundamental como parece o es mejor tener en cuenta otros aspectos.

¿Es preferible un eléctrico con mejor velocidad de carga o con mayor capacidad?

Hasta ahora, el lugar común para resolver los "duelos" de los autos eléctricos y su autonomía se concentró en el incremento los tamaños de las baterías. El desarrollo y evolución constante hizo posible obtener rangos de autonomía cada vez más grandes gracias a baterías de mayor capacidad, aunque al mismo tiempo ello significó mayor tiempo de recarga y más peso.

El problema es que la mayor demora y peso no se podrá reducir de forma drástica en el corto plazo mientras la composición química de las pilas no evolucione. Es decir, no sucederá mientras no llegue a producción masiva un compuesto más eficiente que el ya conocido de iones de litio. 

Dicho de una manera más simple, las baterías no pueden seguir creciendo de forma indiscriminada, ya que ello genera un mayor peso y el aumento de los tiempos de recarga.  

¿Entonces, debería ser el tamaño de la batería la característica más importante al momento de evaluar un auto eléctrico?

No necesariamente. Algunos fabricantes se están enfocando más en reducir los tiempos de recarga que en encontrar la manera de meter baterías más grandes en sus autos. Es que es algo totalmente lógico: si lográs reducir la cantidad de tiempo necesario para volver a tener un rango aceptable de autonomía, el tamaño de la batería pasa a segundo plano.

Aunque no lo parezca, esta lógica tuvo sus antecedentes. Pensá en un Mustang de generación anterior (la 5ª). Por cuestiones de diseño tenía un tanque relativamente pequeño (60 litros) en relación con su consumo, que con un rendimiento de 6.38 km/l en ciudad era suficiente para recorrer apenas 382 kilómetros según cifras oficiales, que ya sabemos que siempre son optimistas. Los que hayan manejado uno, sabrán que había que ponerle nafta con demasiada frecuencia. Pero debido a que existen un sinnúmero de estaciones y la carga toma apenas algunos minutos, esta característica nunca representó un problema para las ventas del pony car de Ford, que resultó un éxito.

Volviendo al punto que nos importa, mientras las recargas en los autos eléctricos puedan realizarse en menos tiempo, el tamaño de la batería será cada vez menos importante.

¿Cómo reducir los tiempos de carga?

No es nada fácil, ya que hay dos cuestiones importantes a considerar: por un lado, cuanta más corriente se mete a la batería hay más calor y, a mayor temperatura, el rendimiento de la carga se va deteriorando cada vez más. Por el otro, introducir una inmensa cantidad de energía en un segundo puede provocar daños en el largo plazo, y la idea es que las baterías mantengan su rendimiento el mayor tiempo posible.

Una de las marcas que se dedicó a este tema fue Audi, que desarrolló el E-Tron con una batería de 95 kWh. Quizás no es la más grande del mercado (aunque es suficientemente grande), pero debido a su sofisticado manejo térmico, basado en un sistema de refrigeración por líquido que se compone de 40 metros de ductos por donde pasan 22 litros de refrigerante, es posible que en un cargador rápido de 150 kW el modelo pueda recibir esa cantidad máxima de corriente durante periodos más prolongados, lo que se traduce en menores tiempos de recarga.

Estamos hablando que, en las condiciones antes mencionadas, el E-Tron 55 recargaría el 100% de la batería en 45 minutos, mientras que un vehículo de la competencia requeriría de 1h31m para completar la misma operación. Sí, el doble de tiempo. Además, al recargar durante 10 minutos es posible obtener un rango de 110 km de autonomía, por lo que en 20 min obtenés 220 km, en 30 min 330 km y así sucesivamente. Para poner en contexto, 20 minutos es el tiempo que te lleva recargar combustible haciendo una parada técnica en los baños o para comprar algo rápido, tipo un café o algo de comer.

Lógicamente, Audi recomienda recargar la batería en un cargador de pared -wall box- de 220 volts durante la noche para alargar al máximo su vida útil, pero aun así no hay restricción por aspectos de garantía para la utilización de un cargador rápido. 

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