dom 22 de diciembre de 2024

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El fuego sagrado: Traverso y una victoria con gusto a proeza

En 1988, Juan María Traverso se llevó el GP de Roca con su cupé Fuego en llamas.

El fuego sagrado: Traverso y una victoria con gusto a proeza

General Roca es una ciudad de Río Negro, ubicada en la región del Alto Valle en la que viven poco más de 85 mil habitantes. Hoy en día cuenta con un autódromo en donde compiten varias categorías del automovilismo nacional, pero en realidad es uno nuevo, inaugurado en el 2002. El viejo autódromo de Roca fue cerrado ya hace más de una década, pero la gente de Roca, (los más grandes sobre todo) recuerdan todavía lo que pasó en ese lugar un 3 de abril de 1988, el día que la cupé Renault Fuego se tomó muy en serio su nombre.

Fue por la segunda fecha del Turismo Competición de ese año. Oreste Berta, el mismo que hizo los Torinos de Nürburging, capitaneaba el equipo de Renault en la competencia, equipo cuyo máximo exponente era nada menos que Juan María Traverso. Del otro lado, como principal rival, asomaba Silvio Oltra, campeón en 1987.

La carrera comenzó con Oltra, pole position de por medio, gobernando la competencia y Traverso siguiéndolo de cerca. Oltra tenía todo a favor, pero una confusión en la zona de frenaje hizo que Traverso y su cupé Fuego lo sobrepasaran inesperadamente. La otra Fuego, la de Oltra, se pegó atrás del Flaco, esperando el momento oportuno para poder superarlo y llevarse la carrera. Ahí comenzaba lo que nadie iba a poder creer.

El conducto de aceite de la Fuego que iba adelante sufrió un grave desperfecto, lo que resultó en una lluvia de lubricante que impregnó la rueda derecha de Traverso y el parabrisas de Oltra. El resto del lubricante se iba al piso, afectando seriamente las condiciones de la pista. Traverso comenzó a transitar cada vez más rápido, mejorando en un segundo su marca conforme pasaban las vueltas a la pista de 2,6 Km.

Para colmo de males, el escape caliente hacía que el aceite produjera un espeso humo blanco que llenaba el habítaculo de Traverso, quien casi a ciegas sacaba la cabeza por la ventanilla para tratar de adivinar la pista. Oltra por su parte seguía pegadito a Traverso, imitando sus movimientos sin poder ver casi nada. El pánico se apoderó del autódromo Roca cuando el humo se volvió llamas que envolvieron la parte trasera de la cupé Fuego del Flaco, que aguantaba como podía la ofensiva de Oltra.

En medio del fuego, Traverso cruzó la línea de meta apenas 0,2” antes que su rival. Mientras la gente que había colmado el autódromo invadía la pista para festejar con el ídolo, la gente de la organización corría a apagar la cupé Fuego. A la postre, Traverso se quedaría con esa temporada del Turismo Competición y allá, en la ciudad de General Roca, hasta el día de hoy nadie pudo superar la cantidad de victorias del Flaco en ese Gran Premio y mucho menos, su leyenda.

 

Traverso en llamas

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