El Countryman es el modelo más grande de MINI, que ya está transitando su tercera generación, quizás la más diferente a sus antecesores. Se trata de una de las últimas entregas con motores de combustión interna, al menos desde que la marca anunció sus planes de convertirse 100% a la electromovilidad en 2030.
Ofrecido en Argentina en variantes
- C Classic
- S ALL4 Classic Confort
- S ALL4 Favoured
En esta ocasión probamos la más equipada y potente,en un test realizado en Chile por nuestro equipo en el país vecino.
MINI Countryman: características generales

La nueva generación del Countryman comparte plataforma con el BMW X1 (FAAR Front-wheel drive Architecture) y por primera vez se fabrica en Alemania, algo que define al producto, ya que crece sustancialmente en dimensiones:
- Largo: 4.433 mm
- Ancho: 2.069 mm
- Alto: 1.656 mm
- Distancia entre ejes: 2.692 mm

Si lo comparamos con el Countryman F60 (la generación anterior, que ya había crecido significativamente respecto del primer Countryman), es:
- 13 centímetros más largo
- 24 cm más ancho
- casi 10 cm más alto
- 2 cm más entre los ejes
- El baúl también se extiende en 50 litros pasando de desde 400 a 450 L.
Esta nueva generación asume un nuevo lenguaje de diseño denominado Charismatic Simplicity, donde se mantienen ciertos elementos típicos de la marca, como la parrilla ovalada, los faros circulares (aunque en este caso no lo sean), la cintura alta y la caída del portón, pero dentro de un cuadro diferenciado, con superficies más suaves y limpias que realzan una sensación de mayor musculatura.

Si bien la silueta es claramente distinguible como un MINI, es mucho más un SUV que un MINI, demasiado grande y maceteado para mi gusto.
En el exterior hay detalles siempre hacen lucir al modelo, como la característica letra “S” en color amarillo fluorescente, barras de techo funcionales, y faros con tecnología OLED con activación dinámica.
MINI Countryman 2024: impresiones del interior

El habitáculo del nuevo Countryman fue diseñado y construido bajo el principio de la circularidad y la sostenibilidad, por lo que nos encontramos con materiales veganos, con plásticos reciclados de botellas PET y alfombras, todo unido y puesto de manera que sigue evocando sofisticación.
Lo normal que nos pasa con los interiores de este tipo es que la calidad tiende a perderse, pero hay plásticos reciclados son de buena apareciencia y tacto, y plásticos reciclados de mal look and feel, y en este modelo se usan de ambos. Los buenos están arriba, especialmente una especie de tejido que cubre el tablero y las puertas, con un degradé de colores desde el azul al naranja.

En cuanto al diseño, hay muchos guiños al Mini original, con una propuesta minimalista y excesivamente centrada en la pantalla circular del centro del tablero. La presencia de botones se ha reducido drásticamente, dejando solo los clásicos comandos de la Toggle Bar y los indispensables botones de las puertas para el pack eléctrico completo, pero no hay más.
La pantalla es soberbia, de calidad OLED, 24 cms de diámetro, ultra delgada con colores vivos y gráficas de alta resolución con visualización 3D. El sistema multimedia se llama MINI Interaction Unit, y permite el acceso a todos los reglajes del vehículo, además de conectarnos inalámbricamente a AndroidAuto y AppleCarPlay. Eso sí, en MINI no fueron capacez de arreglar la interfaz para un diseño rectangular se adaptara a la pantalla circular, por lo que el despliegue de las apps telefónicas luce mal.

Hay un nuevo asistente personal mediante el comando “Hey MINI”, que responde rápido y entiende bien todo lo que se le pide. El auto cuenta con 8 modos de iluminación y sonido ambiental, algo que además de bello es totalmente inútil.
La posición de manejo es óptima, como en un buen SUV, pero el asiento está demasiado lejos del suelo como para sentirse como MINI. Los asientos son algo duros al menos para viajes largos.

Frente a nosotros hay un volante pequeño de diámetro pero enorme de groso y si sumamos que MINI eliminó el clúster digital y no lo reemplazó por un head-up display, centrando toda la información en la parte alta de la pantalla central, estamos en presencia de un puesto de conducción al que hay que acostumbrarse.
Hablemos de habitabilidad, que es uno de los puntos enormes que tiene este nuevo Countryman. Las plazas traseras son excepcionales (si consideramos que es un MINI), aunque como suele pasar, el puesto central es incómodo porque el asiento es duro.
El respaldo trasero tiene reclinación y deja un buen lugar para la cabeza y las piernas. El espacio cuenta con dos puertos USB-C y salidas de aire independientes, además que retiene la calidad percibida de adelante.

El baúl de 450L es grande con espacio para una rueda de repuesto temporal por debajo del piso. El portón tiene apertura eléctrica y botón de cierre, mientras que los respaldos pueden ser abatidos de manera individual (40:20:40), entregando diversas configuraciones en caso de tener que transportar objetos de mayor tamaño.
En cuanto a seguridad, todos los Countryman se ofrecen con seis airbags y con asistencias a la conducción como la alerta de colisión frontal con frenado autónomo, asistente de cambio de carril, monitor de punto ciego, alerta de tráfico cruzado trasero y asistente de estacionamiento automático con entrada y salida autónoma en espacios reducidos. La versión probada en Chile contaba también con cámara con vista en 360°, radares para la detección de objetos/peatones, velocidad crucero adaptativo con Stop & Go, sistema parking assistant plus, entre otros.
MINI Countryman 2024: mecánica e impresión de manejo

Probamos la versión Cooper S impulsada por un
- 2.0 litros turbo
- cuatro cilindros
- 204 CV y 300 Nm
- Caja de doble embrague y 7 marchas
- Tracción en las cuatro ruedas
Si lo comparamos con los Cooper y Cooper S de la generación anterior, hay una mejora de 20 y 10 caballos, respectivamente, lo que le viene muy bien a un auto que ha engordado alrededor de 170 kilos respecto de su antecesor.

Centrémonos en el Cooper S, que ofrece un tren motriz excepcional, incluso para un SUV que pesa más de 1.700 kilos. Este Countryman es reactivo cuando se lo exige, y muy ponderado cuando se le trata con cariño, incluyendo tres modos de conducción: Green, Pure y Go-Kart, qyue gestionan la entrega de manera diferente.
Hay un poco de turbolag inicial, pero nada que un toque extra en el acelerador no solucione con una respuesta contundente cuando se necesita, especialmente en el régimen medio y en las recuperaciones.
Los pasos de marcha de la caja se ejecutan con rapidez y de manera muy suave, pero a baja velocidad se siente como que le cuesta entender lo que ocurre con el motor. Si bien el tren motriz es de origen BMW, no funciona de manera tan simétrica como en los modelos bávaros.

El chasis es muy bueno también, la dirección es sensible y se mueve rápidamente hacia donde se le pide, con una alta retroalimentación de lo que ocurre en las ruedas. Los frenos son muy efectivos, incluso después de mucho uso, y la suspensión tiene una calibración mixta, siendo muy confortable en ciudad y bastante aplomada en ruta.
Básicamente el comportamiento de este MINI cumple con lo que se le pide a un SUV premium: confortable y dinámico, aunque no es lo que uno estaba acostumbrado a recibir de un MINI. Históricamente la marca entregaba lo que se ha denominado "kart feeling", el manejo propio de un karting, y en este caso se nota que la marca ha hecho concesiones, tanto en tamaño como con el confort.
El Countryman es un SUV confortable en ciudad y ruta, es muy capaz de ir rápido y entregar buenas sensaciones dinámicas, pero el peso extra se nota en los cabeceos y en los acomodos a la entrada de las curvas. ¿Es malo?, entendamos, sólo diferente para lo que uno espera de un MINI.
MINI Countryman 2024: conclusiones

El nuevo Countryman pierde algo de la esencia MINI, pero gana cualidades propias de un SUV más premium.
Dinámicamente gana peso y se siente, pero sigue siendo más ágil de otros SUV semejantes, es cómodo en ciudad y ruta, y aguanta mucha velocidad en curva.
El motor es buenísimo, aunque la caja lo entiende menos, y los consumos son razonables: 10L/100 km en el ciclo urbano.
Es grande por dentro, muy digital y tecnológico, aunque no convence por su posición de manejo (volante y asiento).
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