
El Grupo Stellantis anunció hoy que tomó una decisión clave para su futuro: como no ven viable la adopción de vehículos ligeros a hidrógeno antes del final de esta década, y por eso decidieron cancelar el lanzamiento de su línea de vehículos comerciales impulsadas por celdas de gas.
Según el Grupo que engloba a 14 marcas, la decisión fue tomada ante la falta de infraestructura de recarga, los altos costos de inversión y la ausencia de incentivos claros para el consumidor.
La producción iba a iniciar este verano en las plantas de Hordain, Francia, y Gliwice, Polonia, pero finalmente, el proyecto fue suspendido. En palabras de Jean-Philippe Imparato, Director de Operaciones de Stellantis para Europa Ampliada, el mercado del hidrógeno sigue siendo un "nicho sin perspectivas de sostenibilidad económica a mediano plazo”.
El anuncio también abre incertidumbre en torno a Symbio, la joint venture entre Stellantis, Michelin y FORVIA enfocada en esta tecnología, y si bien el Grupo asegura estar en conversaciones para definir el futuro de la alianza, la empresa especializada en neumáticos ya manifestó su inconformidad, afirmando que la decisión fue “inesperada, repentina y sin coordinación”, y podría afectar seriamente la operación dentro de Symbio.
Stellantis, por su parte, aseguró que ningún empleo será afectado en sus plantas de producción, y que los recursos destinados a I+D (Investigación y Desarrollo) en hidrógeno se redirigirán a otros proyectos. El Grupo Automotriz seguirá apostando por vehículos de combustión, híbridos, y eléctricos sectores en los que ya tiene una oferta más robusta y con retorno tangible.
En un contexto donde otras compañías aún ven en el hidrógeno una solución futura, Stellantis se retira antes de que el juego empiece realmente. Un movimiento arriesgado, pero alineado con la necesidad de enfocarse donde hay tracción real.
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