dom 22 de diciembre de 2024

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Autos clásicos

La historia del Dodge Charger con turbo y tracción delantera modificado por Shelby

Todo lo que no te imaginabas en un Charger fue realidad en el pasado.

La historia del Dodge Charger con turbo y tracción delantera modificado por Shelby

Puede ser que pienses que el último Dodge Charger es la "oveja negra" de la familia por su tren motriz eléctrico, pero mucho antes existió una generación que rompió todo lo que se supone que debería tener este muscle car.

El Charger apareció en 1966, y durante las tres primeras generaciones se consagró como uno de los muscle cars favoritos del mercado, pero como todos los autos de su especie, sufrió la crisis del petróleo, que afectó a este vehículo de 1975 a 1978, periodo de vida de la cuarta generación, la cual se transformó en un armatoste de lujo que dejó de lado la deportividad.

Luego de la generación "lujosa" del deportivo de Dodge, Chrysler volvió después de unos años de ausencia y en 1982 presentó un nuevo Charger, que no tenía nada que ver con sus predecesores. Olvidate de los autos enormes al estilo "Yankee", porque este nuevo Charger era más parecido a un auto japonés, siendo un compacto de tracción delantera construido sobre la plataforma L, que era la misma usada en el Omni, un pequeño hatchback de Dodge.

Las dimensiones y el diseño no eran lo único que se perdía, ya que abajo del capot no había un V8, o ni siquiera un V6, sino que se recurría a un cuatro cilindros SOHC de 2.2 litros con (ojo) 84 caballos, así como lees: Dodge había creado un Charger con tracción delantera y con un motor "chico" (para los estándares del auto) con menos de 100 CV, un sacrilegio bastante común en los ochentas.

De todas formas, un año después del lanzamiento del compacto de Dodge, apareció el Shelby Charger, que le ponía más jugo a un auto que parecía que iba a ser un fracaso, y recurría al mismo motor de 2.2 litros, pero sumaba un turbo para llegar a los 142 CV y 217 Nm de torque, una cifra más que buena de para la época y para el segmento. El Charger modificado por Shelby adoptaba además una suspensión deportiva, una dirección retocada, frenos más potentes, y la transmisión manual de 5 velocidades tenía relaciones más cortas.

Al estar firmado por Shelby, el Charger "deportivo" tenía una estética diferenciada con franjas, un body kit, otras llantas y un sistema de escape de alto rendimiento que emitía un sonido más agresivo, todo acorde a las tendencias de los ochentas.

Para 1984, las versiones de "entrada de gama" del Charger recibieron un 2.2 L que producía unos más decentes 110 CV, mientras que la versión firmada por Shelby sumaba la opción de pedirse con una transmisión automática de tres relaciones.

Por último, la frutilla del postre se presentó en 1987, cuando apareció el Shelby Charger GLHS, con el mismo motor de 2.2 L pero potenciado hasta los 175 CV y 237 Nm, acoplado a una transmisión manual de cinco marchas "Getrag A555". Solo se construyeron 1.000 unidades de esta variante deportiva, potenciada y exclusiva del Charger.

El Charger compacto fue reemplazado por el Dodge Shadow, que aprovechó mucha de su tecnología para dar vida a las legendarias versiones "GTS" y el icónico Shelby CSX, pero esa es otra historia. El Charger de quinta generación fue discontinuado en 1987, y hasta 2006 no se vio una nueva línea, hasta que volvió a lo grande, siendo un sedán con motorizaciones interesantes, incluidas dos V8.

¿Conocías la historia de la quinta generación del Charger?

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