En las últimas horas se concretó la compra de Codemasters por parte del gigante Electronic Arts. Dos de las principales empresas desarrolladoras de videojuegos dedicados al deporte motor ahora forman una sola luego de que EA comprara a su rival por 1.2 billones de dólares, la suma más alta que gastó en este tipo de adquisiciones.
Electronic Arts es dueño de la franquicia de Need For Speed, Real Racing y Burnout, juegos con enorme reconocimiento y popularidad, (especialmente el NFS). Ahora, a esa lista se sumarán importantes títulos, como por ejemplo los juegos oficiales del WRC y de la F1, además del DIRT y GRID, ambos sucesores de los exitosos Colin McRae Rally y TOCA de los años noventa.
La experiencia de Electronic Arts obviamente ayudará a que los juegos de Codemasters tengan una mayor difusión y nuevas características. Por otro lado, el éxito de Codemasters con sus juegos podría ayudar a lavarle la cara a los de EA, especialmente en el caso de Need For Speed, que en sus últimas entregas no alcanzó el impacto de versiones anteriores, por lo que perdió terreno ante nuevos rivales como el Forza Horizon.
Los juegos con licencia oficial de la FIA le permitirán a EA contar con juegos que se renuevan año tras año, lo que sin dudas será una fuente de ingresos bastante importante, y además involucrarse en el eSport. Por último, la oferta de juegos de EA crecerá notablemente y hará más atractiva la oferta de EA Play, el servicio de suscripción multiplataforma de la empresa canadiense.
