dom 22 de diciembre de 2024

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Un Mercedes-Benz Clase G recibió un baño de cultura mexicana y así quedó

Fue intervenido por artistas de la región de Oaxaca, que le dieron un aspecto multicolor.

Un Mercedes-Benz Clase G recibió un baño de cultura mexicana y así quedó

Gracias a una iniciativa de Mercedes-Benz México, a la que se sumaron talentosos artesanos del estado de Oaxaca del mismo país, se creó un Clase G único. Estamos hablando de una idea surgida hace tres años, con el fin de que prevaleciera en el tiempo y que además enalteciera los valores de la marca alemana y las tradiciones de una región del territorio mexicano, lo que dio como resultado una curiosa decoración.

Así se decoró este Clase G bien mexicano

El Clase G en Oaxaca, donde dejó de ser un vehículo común para convertirse en una pieza de arte

La decoración pintada a mano fue realizada por artesanos de San Martín Tilcajete, pueblo ubicado en los valles centrales de Oaxaca, quienes se inspiraron en las tres puntas de la estrella de Mercedes-Benz, que representan el uso de la motorización por aire, por mar y por tierra, y las vincularon con la cultura de la región, más precisamente con los denominados "tres poderes zapotecas": el águila (viento), la serpiente (inframundo) y el jaguar (tierra). Según la creencia local, son animales míticos y protectores que comparten el destino con una persona y que se convierten en nahuales al fusionarse con el espíritu de aquella.

De forma casi poética los artesanos comentaron que al momento de nacer cada persona ya cuenta con el espíritu de un animal, que lo protegerá y guiará por el resto de su vida. Llevando dicho razonamiento al Clase G, sería el jaguar el que carga de fuerza al Clase G y lo protege, aunque el resultado final de la obra integra a los tres animales sagrados, visibles con ojos en el capot y las ópticas. 

La obra rescata la tradición y el talento que se requieren para la producción tanto de los vehículos como de las artesanías, al incluir gráficos precolombinos, los colores típicos de Oaxaca y México (amarillo, negro y rojo) y una bandera de los pueblos indígenas americanos, visible en el techo y que se combina con otra a cuadros que representa lo más ansiado del mundo del automovilismo: el triunfo

Se trató del encuentro de dos mundos paralelos, cuyas posibilidades de concatenación eran remotas: por un lado el de la ingeniería y la perfección de un producto de las características de un Clase G y por el otro el mundo policromático de la artesanía de Oaxaca

Algunos detalles de la creación

El taller que realizó el diseño se llama Jacobo y María Ángeles, que utilizó como lienzo un Mercedes-Benz W463. Entre sus detalles:

  • Se trata de una obra de arte zapoteca-oaxaqueña. 
  • Ocho artesanos estuvieron involucrados.
  • Fueron 175 los días en los que el vehículo resultó  intervenido.

La pieza recorrerá los concesionarios y se mostrará a lo largo y ancho de México durante poco más de un año, para luego pasar a ser una pieza más de la colección de Mercedes-Benz, por lo que se exhibirá en el museo que la marca posee en Stuttgart, Alemania.

¿Te gustó esta intervención sobre el Clase G? ¿Sería lindo ver este mismo trabajo pero en la Argentina? ¡Contanos!

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