Debido a las medidas tomadas por los gobiernos de Latinoamérica para frenar la expansión del Coronavirus, millones de personas son forzadas a recluirse y a trabajar desde sus casas, lo que implica que sus vehículos también permanecen estacionados desde hace varias semanas. Como resultado de esto, además de otras consecuencias positivas relacionadas con el medioambiente, las urbes regionales registran los niveles más bajos de congestión vehicular desde que se tiene registro.
Si bien los niveles de restricciones en cuanto a la movilidad varían de acuerdo a cada país, el punto común es que la congestión del tráfico urbano se desplomó en la mayoría de las ciudades más pobladas de la región. Por ejemplo, el flujo de tránsito en la Ciudad de México estuvo 80% menos congestionado entre el 27 de abril y el 3 de mayo que durante la primera semana de marzo, según los datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
VARIACIÓN EN LA DENSIDAD DE LA CONGESTIÓN DEL TRÁFICO VEHICULAR EN LAS PRINCIPALES CAPITALES DE LATINOAMÉRICA
En el gráfico aquí mostrado, preparado por Statista y basado en las cifras del BID, compara lo acontecido desde la segunda semana de marzo y hasta los primeros días de mayo con lo sucedido en la primera semana del tercer mes del año. Allí se muestra que Lima (capital de Perú) fue la ciudad con la mayor caída de tránsito de la región: nada menos que un 90%. Bogotá (Colombia) ocupó el segundo lugar, con un 87% y Buenos Aires (Argentina) quedó tercera con un 81% de disminución. Coincidentemente, las primeras dos estuvieron en cuarentena absoluta, con total prohibición de desplazamientos, mientras que desde finales de marzo Buenos Aires presentó cierto movimiento generado por los rubros exceptuados del aislamiento.
Santiago (Chile) fue la ciudad con la menor caída: 72%. Al tener sólo cuarentenas dinámicas y progresivas, la circulación allí sigue activa, aunque con mucha menos intensidad que en un mes normal.
