Hace justo 60 años se presentó en el Salón de Turín el Maserati 5000 GT 2+2 Coupé, un auto único que tiene la particularidad de haber conseguido algo que ningún otro modelo ha podido hacer hasta ahora: lograr que los mejores diseñadores del mundo trabajaran en su desarrollo.
Vamos a la historia. El entonces Shah de Persia (Irán), Reza Pahlavi, era un fanático de Maserati, y tras probar el 3500 GT encargó a la fabrica que sobre esa base le diseñara y produjera un modelo único, tan especial que no desentonara en medio de su enorme riqueza. Y lo principal era que mejorara su performance.
El entonces director técnico de Maserati, Giulio Alfieri (¿les suena este apellido?), prometió rediseñar el 3500 GT y dotarlo de una potencia no vista en un modelo de calle. Así nació el proyecto AM103, que tomó como base el motor V8 del 450S (el afamado Maserati barchetta de carrera), ampliado para alcanzar los cinco litros. Erogaba 325 caballos a 5.500 rpm y estaba asociado a una caja de cuatrro cambios más reversa. El corazón del 5000 GT estaba listo.
La el diseño de la carrocería fue encargado a Carrozeria Touring y fue presentado en el mencionado Salón de Turín de 1959, recibiendo el sobrenombre "Shah of Persia". De ellos sólo 3 unidades fueron construidas. Pero fue tanto el éxito que alcanzó el modelo, que Maserati decidió alargar su vida y en el Salón de Ginebra de 1960 presentó la versión comercial, con algunas revisiones generales al motor (340 CV, por ejemplo).
La carrocería fue modificada con diseños exclusivos de los mejores nombres italianos de la época: Allemano, Pininfarina, Monterosa, Ghia, Bertone, Frua, y Michelotti, y Vignale.
El Maserati 5000 GT 2+2 Coupé se produjo en en Módena hasta 1964. Sólo 34 unidades salieron de sus líneas de producción en Viale Ciro.
