dom 22 de diciembre de 2024

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Industria

Volkswagen Beetle, el ícono se despide al fin

Baluarte de una herencia octagenaria, dice adiós en su tercera generación.

Volkswagen Beetle, el ícono se despide al fin

Para los más puristas, el Escarabajo hace rato que no está más en este plano, al haber terminado su producción en 2003. Sin embargo, para otros, las nuevas generaciones del Beetle llevaron en alto la bandera del mítico auto del pueblo. 

Hablamos de un modelo que ya no es solo patrimonio del mundo automotor y sus fanáticos, sino que un embajador cultural, un símbolo que trascendió fronteras y generaciones. Su simpática silueta compacta y el burbujeo de su motor bóxer son reconocibles en todo el mundo.

El original se negó a morir, incluso tras la impactante aparición del New Beetle en 1997, con una carrocería retro-futurista inspirada en la estética del original, pero con el motor en frente y usando la plataforma del Golf. Sus graciosas curvas no fueron suficientes para replicar el histórico impacto del Escarabajo original, pero, aun así, su existencia hablaba de lo mucho que a Volkswagen le importaba su legado. 

El 2012 apareció un Beetle mucho mejor proporcionado y con guiños más directos al original, incluyendo un parabrisas más recto y un interior con paneles de colores que imitaban el color exterior de la carrocería. Incluso, Volkswagen lanzó una paleta de colores retro y llantas que evocaban diseños de antaño. En Argentina, dijo presente allá por 2011 en el Salón de Buenos Aires.

Es este último Beetle, en su tercera generación, el que finalmente se despide. Al igual que con el Escarabajo y el New Beetle, se dio el último adiós con una edición final, la cual, con sus colores, asientos y llantas, buscaba acercarse un poco a la estética del clásico.

No queremos decir que se fue para siempre, y es que con la nueva plataforma eléctrica de Volkswagen, quién te dice que el Beetle renazca una vez más, volviendo a sus raíces más austeras y con un motor posterior. Por ahora, se apaga la luz de un ícono al que cuesta mucho despedir...

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