Ante la franca caida del mercado automotor argentino y la angustia de concesionarios y automotrices el gobierno busca una alternativa que curiosamente no será con rebaja de impuestos, sino mediante un plan de subsidios que significará un aporte del Estado a las automotrices de $1.000 millones.
El plan, que se extenderá del 5 al 30 de junio o hasta agotar el cupo máximo de bonificaciones otorgadas, no comprende las operaciones de Plan de Ahorro, pero permitirá más bonificaciones para unidades nuevas, acumulable con rebajas que ya ofrecen terminales y concesionarias.
Para autos nuevos cuyo precio de lista sea igual o inferior a $750.000 (IVA incluido), el subsidio sería de $20.000; mientras que las fábricas y concesionarias deberían aplicar descuentos de $30.000. Cuando los vehículos superen ese precio de lista, el subsidio sería de $40.000; mientras que los descuento de las terminales y agencias serían de $50.000.
En consecuencia, en el primer caso los compradores tendrían un descuento de $50.000 por vehículo; en tanto que en el segundo caso esa bonificación llegaría a $90.000.
El subsidio, que será no reembolsable, otorgará un monto total distribuido entre las terminales que suscriban la línea. Las operaciones que se realicen en el marco del programa no podrán incorporar cargos extras.
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