Para estar seguros de todo, la gente de Nissan decidió que la pick-up que se produce en el país pase por una serie de pruebas en Sudamérica con el fin de ajustarse a los estándares de calidad.
La fase de pruebas se realizó principalmente en rutas de Argentina y Brasil. La Nissan Frontier recorrió rutas de San Pablo, por su tráfico denso en horas pico; Curitiba, por contar con caminos de sierra y montaña; Belo Horizonte, por sus calles con gran pendiente; Campo Grande, una comunidad con amplias áreas de terracería; Mendoza, por la geografía cercana a la cordillera de los Andes y de gran altura sobre el nivel del mar; y El Nihuil, una localidad cercana a zona de dunas. Así, los pilotos y técnicos se aseguraron de que las pruebas cubrieran la gran diversidad de terrenos y condiciones de manejo que conforman la región.
Además de recorrer más de 200.000 km en rutas, la chata fue sometida a evaluaciones controladas en pistas de pruebas y laboratorios. Todas las pruebas, tanto en ruta como en pista estuvieron a cargo de dos equipos clave en Nissan, el equipo de Diseño y el equipo de Satisfacción Total del Cliente.
"La fase de pruebas dio como resultado varias mejoras implementadas en la versión que ya se está produciendo en Córdoba. Dichas mejoras provienen tanto de la retroalimentación de los clientes latinoamericanos como de los aportes de cinco plantas alrededor del mundo. El resultado es una pickup Frontier adaptada a las condiciones de manejo de América Latina", explicaron desde la marca japonesa.
Con la conclusión de estas pruebas y el inicio de producción, Nissan se prepara para el lanzamiento de la pick-up Frontier, en octubre en Argentina y hacia finales de año en Brasil.
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