dom 22 de diciembre de 2024

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Autos clásicos

Una visita al Museo Mercedes-Benz, parte 1

Los primeros años del automóvil contados desde la mismísima cuna de Benz, Daimler y Maybach.

Una visita al Museo Mercedes-Benz, parte 1

Así como Los Ángeles es la cuna del cine, Stuttgart lo es de la automoción. Esta ciudad vio el nacimiento y algunos de los hitos más importantes del desarrollo industrial que cambió para siempre la historia del Siglo XX.

Es un lugar en donde podemos ver todo tipo de coches camuflados, algunos de los cuales no salieron todavía al mercado y tal vez tarden meses. Sí, Stuttgart es el Hollywood de los autos.

Y si en Los Ángeles podemos visitar el Teatro Chino o los estudios de cuanta compañía cinematográfica queramos, acá fuimos al Museo de Mercedes-Benz, guardián de la centenaria historia alumbrada por Karl Benz en los albores de la industria automotriz.

El edificio es arquitectónicamente fascinante y llamativo. Tiene nueve plantas y ocupa un espacio de 16.500 m2. El recorrido es desde arriba hacia abajo, comenzando unos 130 años atrás, específicamente a 1886 con el automóvil de Gottlieb Daimler y Karl Benz.

El museo es realmente enorme, con más de 160 autos, por lo que sería interminable hablar de todos ellos esta nota. Nos enfocaremos en contarte lo que es más importante, a juicio nuestro, subjetivo obviamente.

Génesis (1886-1900)

Aquí es donde aparecen los pioneros, los comienzos de la combustión interna. Y algo importante, porque la moto nació antes que el auto.

Daimler y Wilhelm Maybach (cuantos apellido conocidos, ¿no?) diseñaron una motocicleta de 264 c.c. monocilíndrica, que contaba con dos ruedas de madera y una banda de rodadura de hierro. Otro par de ruedas ayudaban a estabilizarla. El motor tenía 0,5 CV y su nombre fue Reitwagen.

El 29 de enero de 1886, Karl Benz solicitó la patente No. 37435 al gobierno alemán para un vehículo de tres ruedas, el cual es considerado el primer auto de combustión interna de la historia. Empleaba un motor de 954 cc de cuatro tiempos, de un cilindro y producía 1 CV. Tenía tracción trasera y pesaba alrededor de 100 Kg. Sólo se produjeron 25 unidades.

En noviembre de 1886, después de haber probado su motor conocido como el Grandfather Clock en el Reitwagen, Daimler y Maybach adaptan la misma máquina a una diligencia y la muestran al público. El Motorkustche fue el primer automóvil de cuatro ruedas.

En 1892, esa carreta motorizada ya perfeccionada fue puesta en venta. Contaba para ese entonces con un motor monocilíndrico de 458 c.c., y la potencia era de 1,1 caballos. La velocidad máxima era de 18 km/h.

A partir de ahí, todo fue para arriba y adelante, con la creación de vehículos profesionales (tranvías, de bomberos). Y Benz lanzaba el Vis-à-vis, un auto de cuatro ruedas con dos cilindros, y también el primer colectivo para transporte público.

En el museo, se destacan dos vehículos soprendentes. Y no son autos. Uno es el “Marie”, un bote motorizado, propiedad de Otto von Bismarck, el Canciller de Hierro, impulsor de la unificación germana en el siglo XIX. El otro es la Wölfert’s Motorized Airship, una aeronave concebida por Friedrich Wölfert que utilizaba el Grandfather Clock. Su primer viaje fue en 1888, volando por 10 km antes de aterrizar.

 

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