El Clase G está con nosotros desde hace casi 60 años. Desde entonces solo ha tenido una modificación estructural relevante (W463, 1990) y un sin número de facelifts. Este año, Mercedes devela una nueva evolución del modelo, lo suficientemente modificado como para tener una nueva denominación, el W464. Y este cambio es relevante si se quiere seguir alargando la vida de este tradicional modelo, que en lo estético, prácticamente no ha cambiado nada. Pero bueno, convengamos que nadie quería que cambiara mucho.
Lo nuevo, estructuralmente hablando, tiene que ver con un nuevo desarrollo de chasis que permita una rigidez mejorada, así como una plataforma más sólida para el tren motriz y suspensión, de modo que haya un mejor confort, mejor performance y una robustez mecánica que denote mayor unidad entre los componentes, falencias clásicas en modelos tradicionales como este. La rigidez estructural se aumentó en un 50% gracias a todas las nuevas tecnologías disponibles y ganadas desde 1990 con la anterior revisión general, además de que su peso bajó en 170 kilos.
De diseño, vas a tener que mirar más de cerca las fotos para distinguir los cambios, todos obra del lenguaje de diseño "Sensual Purity" que llevan todos los Mercedes hoy. Claro que la tradición en diseño del Clase G hace estas modificaciones menos obvias.
Si, los paneles tienen menos pliegues, hay cambios en los bordes de las ventanas y en como los guardabarros o paragolpes se unen con los paneles de la carrocería, para lograr una estética más unificada. Se nota bastante en los grupos ópticos traseros, mucho más redondeados, pero el parabrisas recto, los intermitentes salientes, las bisagras expuestas o las barras plásticas de protección que recorren la carrocería, se mantienen intactas. Las dimensiones tambien cambian ligeramente, 53 mm más largo en general y 121 mm más ancho.
El habitáculo recibe cambios mucho más aparentes, como son el tablero virtual doble con pantallas de 12,3 pulgadas. Claro que tambien hay ciertos toques originales, como las salidas de aire de aluminio, que imitan los encastres de los focos delanteros, o los parlantes imitando los intermitentes. Se mantiene el manillar del copiloto al frente del torpedo (elemento muy imitado en varios todo-terreno hace unos buenos años atrás) y los clásicos tres botones centrales que bloquean los diferenciales.
El interior es más espacioso, no necesariamente porque hayan existido cambios sustanciales en la estructura, sino por una revisión de la ergonomía general y diseño del interior. Los asientos también, según la versión reciben programas de calefacción, ventilación, memoria y masaje. Incluso se puede optar por un programa de ajuste dinámico, que adapta el asiento a nuestro cuerpo y según como nos movamos o por si necesitamos más soporte. Es tan bueno, que tiene una recomendación oficial de la organización alemana de cuidado a la espalda “Aktion Gesunder Rücken e.V.”
Pasamos del interior a lo que hay bajo el interior. El tren motriz y chasis ha recibido importantes upgrades que mejoran las ya reconocidas aptitudes dinámicas del Clase G. La suspensión, por ejemplo, fue preparada en conjunto con AMG y consiste en un elemento independiente con doble horquilla para el tren delantero y un eje rígido en la parte posterior con refuerzo multilink y una barra Panhard. Los ingenieros han peleado hasta el último milímetro en la estructura, para que así la suspensión pueda lograr un excelente recorrido, que le permita capear todos los obstáculos posibles. De hecho, la suspensión delantera va anclada directamente al chasis, sin necesidad de una sub-estructura que sustente las horquillas inferiores, mientras que, en la parte superior, una barra de torsión refuerza el esquema frontal.
De su capacidad, Mercedes declara un aumento de 6 mm en su despeje, para lograr 24,1 cm, además de 10 cm extra de capacidad de vadeo (agua o barro) logrando 70 cms. Tambien puede enfrentar inclinaciones de 35° grados sin peligro de volcarse. Cuenta con un ángulo de ataque de 31°, ángulo de salida de 30° y un ángulo de quiebre de 26°.
El Clase G inicialmente será comercializado con la versión G500. Esto significa que llevará un motor V8 de 4 litros biturbo, el que entrega 422 CV y 610 Nm de torque, asociándose a una caja automática 9G-Tronic. La potencia podrá ser modulada gracias al programa Dynamic Select, con cuatro modos (Comfort, Sport, Eco, Individual) que alteran las características del motor, transmisión, suspensión, asistencias y dirección, esta última ahora con un esquema electromecánico que permite incorporar asistencias de manejo como Park Assist.
Además, el nuevo programa G-Mode, que debuta en este modelo, se activa automáticamente cuando se bloquea algún diferencial o se activa la reductora, ajustando la suspensión, amortiguación de chasis, sensibilidad del acelerador y trabajo de transmisión, para así optimizar los recursos mecánicos en pos de un manejo perfecto y simple a la hora de enfrentar terrenos complejos.
Curioso es que en épocas como estas, ad-portas de un importante cambio en la industria automotriz, con la llegada de propulsores híbridos y vehículos muy aerodinámicos, el Clase G se mantenga casi como congelado en el tiempo. Y es que bueno, la sobrevivencia es testimonio de su calidad. ¿Cuánto tiempo más le queda? Por ahora, parece que un buen tiempo más.