dom 22 de diciembre de 2024

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Autos clásicos

El día que nuestro Torino conquistó Europa

En 1969 tres Torino 380 W compitieron en una de las carreras de resistencia más exigentes del mundo.

El día que nuestro Torino conquistó Europa

En 1923, el boxeador argentino Luis Ángel Firpo se enfrentó al campeón Jack Dempsey en Nueva York por el título mundial de pesos pesados, en lo que fue considerada “La Pelea del Siglo”. A pesar de perder el combate, Firpo, apodado “el Toro salvaje de las Pampas”, logró derribar a Dempsey fuera del ring y llevar por primera vez a nuestro país a la portada de todos los diarios deportivos. Esa herencia que se inició con aquel Toro encontró en otro un nuevo capítulo años más tarde. Fue en Nürburing, Alemania, en agosto de 1969, y el toro en cuestión no era nada más y nada menos que un Torino 380 W, sucesor directo del icónico IKA Torino, el gran auto de fabricación nacional.

En 1969 encontraba a Juan Manuel Fangio ya retirado y cumpliendo el rol de embajador de Mercedes-Benz en Argentina. Fue en uno de los viajes que realizaba al viejo continente cuando oyó que existía una competencia de resistencia en ruta que se disputaba en el verano teutón y que reunía a los grandes modelos de turismo de Europa. Sin pensarlo dos veces, el múltiple campeón fue a lo de su amigo Oreste Berta, que sumó a Heriberto Pronello en su afán de modificar el modelo de calle del Torino 380 W para bancarse las 84 horas del circuito alemán.

Fangio, Berta y Pronello. El automovilismo argentino unido por una misión: llevar al Torino a lo más alto.

El auto estuvo íntegramente hecho con partes argentinas, excepto los carburadores, ya que era parte del reglamento (bastante curioso) de la competición. Se fabricaron tres naves y para cada una se asignó un equipo de tres pilotos. En la primera comandaría nada más y nada menos que Luis Di Palma, patriarca del clan más importante del automovilismo nacional. Gracias a la gestión del Chueco, los argentinos largaron con los número 1, 2 y 3, lo que era de gran ayuda para poder trabajar en los boxes más cómodos.

El Nürburgring Nordschleife es considerado el circuito más difícil del mundo por varios pilotos. Las condiciones climáticas, la presión del público y la mística que tiene, lo convierten una parada brava para cualquiera. El equipo argentino no fue la excepción y a pesar de dominar la primera mitad de la carrera, para sorpresa de todos los presentes, los problemas comenzaron a aparecer.

El reglamento no permitía ayuda exterior. Por eso, Fangio daba indicaciones mezcladas con la letra de La Cumparsita pegado al alambrado cuando el Torino estaba en boxes.

Primero fue el Torino Nº2, que en la hora 42 salió fuera de la pista y nunca pudo regresar. Ocho horas después Di Palma se quedó sin luces y una curva lo traicionó, dejando sólo al Torino Nº3 de Eduardo Copello en pista, que en ese momento marchaba tercero. Cumplidas las 80 horas el Torino tuvo un problema con el caño de escape, que motivó una penalización y un heroico rescate con alambre y amianto al costado de la ruta.

Aunque el Torino Nº3 había realizado más vueltas que ninguno, las penalizaciones le costaron muy caro y se llevaron consigo 9 vueltas. Así, el vehículo argentino quedaba empatado en el tercer puesto con un Triumph, detrás del campeón Lancia y el subcampeón BMW. El veredicto de los pilotos y fanáticos europeos era unánime. El auto venido del fin del mundo había demostrado que no era menos que ningún bólido europeo.

El Nº1 era manejado  por Luis Di Palma, Carmelo Galbato y Oscar Fangio; el Nº2 por Eduardo Rodríguez Canedo, Jorge Cupeiro y Gastón Perkins; y el Nº3 por Eduardo Copello, Oscar Franco y Alberto Rodríguez Larreta.

Nürburgring le devolvió al automovilismo argentino el reconocimiento que había perdido desde el último título de Fangio. Justamente el balcarceño fue el que mejor resumió todo lo que significaba lo hecho por los Torino 380 W al declarar que “todo nuestro entusiasmo, se concentra en los colores de nuestra bandera, y en estas dos palabras que, como única insignia, lucen estos coches que llevan a Europa nuestra gran esperanza: Industria Argentina”.

 

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