dom 22 de diciembre de 2024

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Test drive

Prueba nuevo Peugeot 408 1.6 THP

Según la marca se trata de una evolución global, aquí lo analizamos.

Prueba nuevo Peugeot 408 1.6 THP

La dupla 308/408 se renovó hace apenas 2 meses. Si bien hubiera sido ideal que la marca utilizara la nueva plataforma que emplea para el 308 europeo (ver prueba exclusiva de Autocosmos), los costos y la necesidad de un precio competitivo -para el segmento- hicieron que se le aplicara una renovación al modelo existente. Sin embargo, Peugeot comenta que no se trató de un simple cambio estético, sino de una evolución general del producto con novedades mecánicas, ajustes, calibraciones y cambios de equipamiento.

Si bien una de las novedades es la opción de asociar al motor 1.6 THP con caja manual de sexta, como hace poco probamos al 308 con esta configuración, decidimos pedir el 408 con transmisión automática para tener un panorama general del repertorio de Peugeot.

 

Mecánica y seguridad

Además de la posibilidad de recurrir a la caja manual de 6º en el motor más potente, el propio 1.6L THP evoluciona ofreciendo algunos caballos más y una mejor distribución del torque. Además, la caja automática recibe mejoras incluyendo una sexta más larga que relaja al motor y reduce el consumo.

En seguridad, las versiones tope de gama pierden elementos como los faros de xenón adaptativos, pero conservan el encendido automático tanto de luces como de limpiaparabrisas y suman luces LED de circulación diurna. Ahora hay anclajes ISOFIX para toda la gama, ESP desde el nivel Allure y 6 airbags desde los Feline HDi y Allure Plus THP.

 

Diseño e interior

El renovado Peugeot 408 recibe los nuevos lineamientos de la marca, inaugurados en los concepts Exalt y Onyx mostrados en los Salones de París 204 y 2012 respectivamente, y en la renovación del 508 que Autocosmos ya probó en exclusiva. Se trata de líneas que buscan dar un plus de elegancia con trazos más rectos, mayor uso del cromado, molduras en forma de boomerang para los rompenieblas y el león alojado en el centro de la parrilla. Estos lineamientos no terminan de armonizar perfectamente con los trazos más redondeados que trae la dupla 308/408, pero a mi parecer se amoldan mejor a la línea más sobria del sedán.

En el interior el panorama es muy similar al del modelo anterior, estilo, plásticos, encastres y decorados dan la correcta sensación de calidad. La novedad más notoria es la aparición de una pantalla táctil de 7”. Esto quiere decir que el modelo pierde uno de sus “trucos” más atractivos que era el anterior display motorizado (en su lugar hay un portaobjetos con visera de encastre no muy bien resuelto), pero gana practicidad prescindiendo del anterior y tortuoso sistema de comandos. La pantalla está baja respecto de la visión del conductor, pero ahora es fácil de operar el GPS, la conectividad de todo tipo y suma un disco rígido de 16GB para guardar toda la música.

El volante está despojado de controles dejando todo en manos de las clásicas palancas Peugeot de la columna de dirección. Si bien hay gente que se queja, siguen siendo prácticas y además, el usuario de la marca no deberá aprender trucos nuevos.

 

Comportamiento dinámico

Alcanzar la postura de manejo idónea resulta sencillo gracias a las múltiples regulaciones de asiento y volante del Peugeot 408. Las nuevas butacas se sienten algo duras, especialmente en la parte alta de la espalda, pero permiten “calzar” bien el cuerpo. Aquí no hay sistemas elaborados como acceso ni encendido sin llaves, basta pisar el freno, usar el clásico tambor y después de un instante de silencio el 1.6 THP entra en acción.

La comunidad entre el motor turbo y la caja automática es un placer en ciudad, siempre viaja a bajas vueltas, siempre tiene potencia. Solo cuando se decide pisar de golpe el acelerador hay un instante sin reacción debido al tiempo que tarda en rebajar y a la breve demora propia de los motores chicos con turbo. Después de eso y con el 1.6 arriba de las 1.500 prm todo es ir hacia adelante rápido y con un empuje parejo y constante.

En ruta la cosa es similar, un instante de espera después de dar la orden con el pie derecho y ya estamos sobrepasando camiones con facilidad. Los niveles de insonorización son muy buenos y casi no hay ruidos, además, la 6º larga es responsable de mantener el motor relajado trabajando a 2.750 rpm para viajar a 130 km/h reales (134 km/h de velocímetro). El consumo urbano resultó algo elevado, no tanto para el tamaño del auto y su potencia, sino para la tecnología del motor con 12L/100km en ciudad. En ruta la sed se reduce pidiendo 6.9 L/100km a 120 km/h reales constantes (124 km/h de velocímetro) cuando circula con 2.500 revoluciones.

En cuanto al confort de marcha, se nota que Peugeot trabajó en pulir las asperezas propias del 408, especialmente del tren trasero que solía ser seco. Ahora se siente más redondeado y pulido, solo interrumpido por el perfil medio-bajo de las ruedas (225/45 R17) de las versiones full, que golpean contra las irregularidades más pequeñas. Si decidimos encarar curvas ruteras, el 408 no es netamente deportivo, pero la dirección se siente bastante directa y el rolido correctamente contenido y hay mucho grip en el caucho antes de que el ESP tenga que entrar en acción.

 

Conclusiones

El Peugeot 408 recibió una pasada en limpio que no solo cambió la estética, sino que pulió el conjunto para mantener vigentes sus cualidades y limar algunas asperezas, especialmente las del tren trasero y de los complejos controles de la anterior pantalla. Si bien no sumó trucos tecno, e inclusive pedio algunos elementos como los faros xenón, ganó en componentes de seguridad y el sistema táctil es fácil de operar.

Como auto, sigue siendo un sedán confortable, espacioso, práctico y bien insonorizado que ahora ofrece la posibilidad de ser más deportivo con transmisión manual de 6º, o relajado con la caja automática. Sin ser deportivo, entiende el compromiso entre dinámica y confort sin defraudar en ninguno de los dos rubros.

Hernando Calaza. Fotos: Ezequiel Las Heras recomienda