A medida que se va acabando el petróleo, el futuro de los clásicos se va encaminado hacia la reclusión en museos, con sus sedientos motores apagados. Sin embargo, hay otro camino, crear réplicas con mecánicas eléctricas y este Porsche 356 es uno de los mejores ejemplos.
Realizado por Carice, una compañía holandesa hasta hoy prácticamente desconocida, no es especialmente deportivo como el modelo al que replica, ya que sus dos mecánicas ofrecen 20 y 54 CV. Lo impresionante es el peso del MK1 contenido en solo 350 kilos gracias a su chasis y carrocería realizados en fibra de vidrio. Tan ligero resulta que inclusive hay una versión de 5 caballos creada para niños (muy ricos) de menos de 16 años.
Además del bajo peso, increíble para un auto que lleva baterías en el túnel central, y de la simpleza necesaria para alcanzarlo, lo interesante del Carice es que no renuncia al cuero, metal pulido y madera.
Sabemos que el Carice nunca entregará la emoción del Porsche 356 original y que una réplica eléctrica jamás sonará como un auténtico deportivo, pero como juguete seguramente dejará una sonrisa en la cara de los pocos afortunados que puedan desembolsar 22.000 euros.
Galería de Carice MK1 un Porsche réplica eléctricoIr a la galería
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