dom 22 de diciembre de 2024

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Autos clásicos

Clásicos: Chevrolet Corvette

Te contamos la historia del máximo ícono de la deportividad norteamericana.

Clásicos: Chevrolet Corvette

 

El 30 de junio de 1953 salía de la fábrica de Chevrolet en Flint, Michigan, la primera unidad del Corvette. En una única línea de producción se fabricaban, a mano, tres autos al día. Para la navidad de 1953 ya se habían producido 300 unidades.

El recién estrenado Corvette estaba fabricado con carrocería de fibra de vidrio ensamblada sobre chasis de largueros y travesaños. Fue Harley Earl el promotor del empleo de este material por su bajo peso y libertad de moldeado, y supuso que el C1 fuera el primer coche de producción en serie que se fabricara en fibra de vidrio.

Bajo el capó encontramos un motor de 6 cilindros y 3.8 litros denominado Blue Flame, que con 3 carburadores y dos válvulas por cilindro, desarrollaba 150 caballos. Asociado a una transmisión automática Powerglide de dos velocidades no proporcionaba las grandes prestaciones que se esperaban del diseño del auto.

Tras tres, en 1956 se llevó a cabo el primer gran rediseño. Aunque se mantuvieron las dimensiones y el chasis, las aletas traseras desaparecieron y entraron en escena los faros verticales, la primera pintura bicolor y las manijas de apertura en las puertas. En el interior, los respaldos de los asientos se integraban armoniosamente con la tapa para la capota, mientras que el tablero mantenía su forma simétrica. Se comenzó a ofrecer un V8 de 225 caballos como opción, haciéndolo algo más deportivo.

La segunda generación (C2) llegaría en 1962, con un nuevo diseño exterior a cargo de Larry Shinoda. El C2 también recibió un merecido repaso total de sus aspectos mecánicos. Denominado Sting Ray era mucho más agresivo con un reparto de pesos casi ideal de 49/51, más la nueva suspensión trasera independiente. El impulso provenía de un V8 Small Block de 255 caballos que derivaba del utilizado en el C1, aunque en 1965, se agregó como opcional un Big Block de 6.5 litros y 450 burros.

El Corvette C2 estrenó una versión de techo fijo, no desmontable, al que se lo denominó, Split Window, por su luneta partida. Esta versión vivió hasta 1964, año en que se eliminó el parante central de la luneta, pasando a tener una convencional.

En 1968 aparece el C3, con una carrocería completamente nueva también en fibra, más filosa y agresiva. En este modelo encontramos grandes antítesis, como contar con el V8 más grande de toda la saga, de 7.4 litros y 550 CV, y el menos potente, de 165 CV, culpa de la crisis del petróleo de 1973.

El nuevo Stingray, que ahora se escribía todo junto, estrena el techo tipo Targa, de paneles desmontables, así como la luneta desmontable. Vuelve a ocultar las manijas de puertas y también los limpiaparabrisas, mediante un complejo mecanismo que fue abandonado en 1972. Ese año la seguridad obligó a abandonar los paragolpes metálicos reemplazándolos por unos de plástico en body color. En 1976, las medidas son cada vez más rigurosas y debe retirarse del catálogo el modelo cabrio, una abominación teniendo en cuenta que el Corvette había nacido como tal. En 1977 sale de fábrica la unidad 500.000.

El nuevo Corvette (C4) es lanzado en 1983 y es considerado el último de los modelos clásicos, y por ende el último que veremos nosotros. Cuenta con un nuevo chasis y su carrocería ya no es fibra de vidrio, sino de material plástico maleable, mucho más resistente y también más económico. El C4 Pesa 100 kilos menos, mide 200 mm menos que el C3 y es más bajo, de hecho fue el auto más bajo en el mundo de su categoría.

El diseño, de Jerry Palmer, resultó un éxito en el túnel del viento con un coeficiente aerodinámico Cx de 0,34. A todo esto se le agrega la utilización de aluminio en el tren delantero, en la estructura y en piezas de la caja de cambios. En el interior, se había mejorado mucho, no sólo la calidad de terminación y materiales utilizados, también el espacio para los ocupantes.

Nota aparte merece el nuevo tablero digital, ya que de acuerdo con una ley federal de 1979, el velocímetro analógico de un auto no podía marcar más de 85 mph. Así el Corvette C4 podía marcar 299 mph, sin dejar de cumplir con la ley. En 1986, volvió la tan ansiada versión convertible, que totalizó el 21% de la producción total. En 1992, se produjo la unidad 1.000.000 del Corvette.

La historia del modelo sigue con las generaciones C5 y C6, esta última abandonando los faros levadizos o PopUp y ofreciendo prestaciones más similares a las de una Ferrari, en versiones como la Z06 V8 de 7.0L y 512 CV que llegó a Argentina o la ZR1 y 638 CV probado en exclusiva por Autocosmos (ver abajo en Noticias relacionadas). Actualmente, ya anticipamos que la próxima generación del deportivo norteamericano (C7) debutará a principios de 2013 en el Salón de Detroit (ver en Noticias relacionadas).

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