dom 22 de diciembre de 2024

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Test drive

Smart Fortwo cabrio a prueba

Un auto urbano con mucho estilo

Smart Fortwo cabrio a prueba

Antecedentes
Originalmente, el smart fue un proyecto de la marca de relojes y accesorios Swatch. Se trataba de un auto para minimizar lo más posible el tamaño y maximizar la movilidad individual en ciudad. Sus dimensiones eran muy reducidas y tenía algunos detalles atractivos como el poder cambiar los paneles de plástico por otros de diferente color, y el poder estacionarse de frente entre los demás autos que estaban paralelos al cordón.

Swatch recurrió primero a Volkswagen, pero gracias a que Ferdinand Piëch tenía otros planes para un auto citadino, recurrieron a Mercedes-Benz para ser su proveedor oficial de motores y también para que les auxiliara en la producción. El nombre surge tras un acuerdo que llegaron para que fuera algo neutro entre las dos compañías así que smart en realidad no es por lo inteligente del concepto, sino por “Swatch Mercedes Art”.

El producto final se lanzó en octubre de 1998 en Europa, un año más tarde de lo que se tenía planeado originalmente ya que existieron muchos problemas con la estabilidad del auto, algo que solucionaron al estabilizar la parte delantera, endurecer la suspensión y dejar más espacio entre las ruedas.

Al final del día, Nicolas Hayek, el dueño original de la idea, no quedó satisfecho con el proyecto dado que el motor que él quería utilizar era uno híbrido y no uno convencional como lo desarrolló Daimler, así que vendió su parte a la marca alemana.

Quisieron ampliar la marca al lanzar productos como el Roadster y el Forfour que aunque eran muy divertidos, no obtuvieron la aceptación esperada, así que recortaron su oferta hasta sólo vender el Fortwo en sus versiones coupé y cabrio, siendo ésta última la que nos tocó probar.

Hoy está en su segunda generación y media, pues para este 2012 recibió un ligero facelift exterior y otras mejoras en el interior, las cuales detallaremos a continuación.

Precio: u$s 26.900

Exterior
Al ser la versión descapotable, se puede retraer la capota de lona como si fuera un gran techo solar o por completo con el mismo botón, pero también se le pueden retirar los parantes entre el poste A y el B y colocarse en un compartimento especial en la tapa de la baúl para disfrutar del aire libre por completo. Esto último tiene un problema si inesperadamente comienza a llover ya que hay que detener el auto, bajarse, abrir el baúl, instalar las dos canaletas y cerrar la capota desde adentro.

Interior
El Fortwo ofrece un interesante sistema de audio muy completo que inclusive ofrece sistema de navegación y una pantalla táctil. Éste está colocado al centro del tablero y se le puede conectar tu reproductor MP3 o iPod mediante un USB hábilmente colocado por dentro de la guantera (para que no esté a la vista) o inalámbricamente mediante Bluetooth. También es compatible con los teléfonos celulares con ésta interfaz.


Características técnicas y mecánicas
A diferencia de los demás autos modernos (a excepción del Porsche 911), el smart tiene el motor en la parte trasera, justo debajo del baúl y detrás de los asientos. Se trata de una pequeña unidad de tres cilindros y 1.0L (999 cc) pero que al estar sobrealimentado por un turbo eleva la potencia a unos 84 CV. Dado a su tamaño y peso (780 Kg) le dan un buen desempeño.

La transmisión es menos práctica ya que se trata de una manual robotizada de cinco velocidades. Los cambios son lentos aunque se hagan de forma manual mediante las levas detrás del volante o la misma palanca. Ésta manda la fuerza del motor a las ruedas traseras, provocando que el frente esté libre de partes mecánicas importantes fuera de la suspensión, frenos, dirección y algunos fluidos.

Manejo
Para quien nunca han estado tras el volante de un smart, la primera sensación que transmite es difícil de describir. Para empezar, la dirección no está asistida, así que es más dura de lo normal, algo que también pasa con el pedal de freno, así que requiere un poco más de esfuerzo para hacer que el auto se detenga.

Después están las ridículas dimensiones del auto, que aunque sabes que es muy pequeño, cuando estás dentro es que realmente se hacen presentes. El frente termina poco más allá de lo que llegan tus piernas y atrás, la luneta está completamente pegado atrás de los asientos y la carrocería termina escasos 5cm más allá.

La visibilidad es muy buena y realmente nunca te sentís encerrado gracias al gran parabrisas, ventanillas y por supuesto al techo plegable que se disfruta mucho abrir cuando el clima lo permite.

El motor nunca se siente bajo de potencia y aunque está sobrealimentado mediante un turbo, no existe un retardo en la entrega de poder. Es sólo cuando la transmisión hace el cambio de una velocidad a otra que perdés inercia y el cabeceo de la carrocería –y también de tu cuerpo- te desconcentra.

Por supuesto que con el tiempo aprendes las “mañas” y trucos para hacer que la caja no patee tanto, por ejemplo soltar el acelerador justo cuando desacopla el motor para seleccionar otra velocidad, y también te acostumbras a la sensación de no tener asistencias en los frenos y la dirección, pero todo ese poder que entrega el motor se podría aprovechar mejor con una transmisión más sofisticada.

El sistema de audio y el GPS funcionan perfectamente y aunque la pantalla táctil no es muy sensible, navegar por los diferentes menús es relativamente fácil.

La gran ventaja que sí se alcanza a apreciar después de usar el Fortwo por un tiempo es la maniobrabilidad y agilidad que le dan sus reducidas dimensiones tanto para estacionarte y encontrar lugar como para cambiarte de un carril a otro. En este punto, hoy en día ningún otro vehículo ofrece esta practicidad.

En ruta alcanza los 145 km/h reales (está limitado electrónicamente) y lo hace con total estabilidad. Solo a la hora de frenar o girar bruscamente te das cuenta que es un auto con distancia entre ejes, trochas muy chicas y techo alto.

Por supuesto que el baúl es muy reducido y no podés cargar mucho, también la cabina y ésta están divididas por una “lona” que se detiene con velcro. Ésta fácilmente se desprende si lo que cargas en la cajuela es pesado y frenas fuertemente.

Conclusión
Si hablamos del concepto del auto, el smart es una excelente solución urbana de movilidad. Si nos ponemos a pensar cuántas veces transportamos a más de una persona –adicional- en nuestros trayectos citadinos, podemos contarlas con los dedos de una mano, entonces ¿por qué usar una mole para siete pasajeros o inclusive un auto para cuatro personas? Siempre es bueno tener la opción, pero la verdad es que soluciones como el smart representan el futuro de nuestro transporte en una ciudad grande. Representa un gran ahorro de espacio y de combustible y si además éste está bien equipado, construido y tiene amenidades como el techo plegable.

Es un juguete caro, pero por otro lado es el cabrio más barato de Argentina.


Héctor Mañón texto y fotos recomienda