La mayoría de las llantas originales de aluminio tienen una capa transparente de protección para resistir la corrosión. Sin embargo es necesario cuidarlas para evitar que la capa se desgaste y para hacerlo es necesario usar una cera o silicóna especialmente formulada para llantas de aluminio.
Tene mucho cuidado de no usar productos de cera o polish que contienen elementos abrasivos y que son exclusivamente para proteger la pintura nueva o usada. Dichos componentes podrían rayar u opacar la capa transparente en las llantas de aluminio.
Por otro lado si tus llantas no tienen la capa de protección, o la capa original ya está desgastada o dañada, puedes limpiar las llantas con polish hecho a base de magnesio o una fibra de alambre (la cual tiene filamentos de acero) para remover el óxido y la suciedad de la superficie (entre otros elementos) y después repintar las llantas con resina transparente epoxy (en español epoxídica, es un polímero que protege de la corrosión) o en su caso pintura especialmente diseñada para este propósito.
Las llantas de aluminio sin protección, rápidamente se corroen y se pican cuando son expuestas a la humedad y a la sal. Si se deja que la corrosión siga por mucho tiempo puede que el daño sea muy difícil de arreglar.
Protege también el interior.
Cuando una llanta de aluminio está montada junto a un freno de tambor o rotor de acero, debido a la composición tan diferente de los dos metales, ocurre frecuentemente lo que se conoce como corrosión electrolítica. El aluminio al ser el más reactivo de los dos, se puede corroer y “soldarse” al rotor o tambor por lo que al tratar de remover la llanta costará mucho trabajo hacerlo. Para evitar que esto pase, la cara del rotor o tambor (o la parte interior de la llanta de aluminio) se debe de pintar. Otra alternativa es aplicar una ligera capa de litio, silicóna o grasa de frenos sintética en la parte trasera de la llanta justo donde se une al tambor o rotor.
Otro problema que puede suceder aunque no es muy común es que las llantas de aluminio tengan agujeros de porosidad. Cuando una llanta de aluminio es moldeada, poros microscópicos y vacíos pueden quedarse en el metal, esto causa que haya fugas de aire en el neumático (aunque actualmente se utilizan técnicas de alta presión para mejorar el moldeado de la llanta no han logrado eliminar dicho problema). Para evitar que el aire se filtre lo mejor es pintar o cubrir la parte interna de la llanta para ayudar a sellar el metal. Si has experimentado este problema y tus llantas no están cubiertas o pintadas por dentro, quizá necesites hacerlo.