Como hemos visto en trabajos anteriores de Mansory lo suyo no es el trabajo discreto, por lo que sus creaciones rayan en lo excéntrico. En el caso de la Range Rover pueden o no gustarte las modificaciones que se notan principalmente por los elementos en fibra de carbono y un interior de tonos claros.
Por fuera la Range Rover no pasa desapercibida gracias a su nueva tapa del motor con toma de aire fabricada totalmente en fibra de carbono, material también presente en el difusor trasero, fascias, faldones y detalles de carrocería. Los escapes son de nueva manufactura dándole un carácter de mayor deportividad.
Para complementar los elementos exteriores, también estrena nuevos rines de 23 pulgadas, que vuelven a la Range una completa inútil para el fin que fue construida, que es la terracería y caminos complicados.
La sobriedad del color negro desaparece totalmente al interior, con nuevas vestiduras en piel bicolor, que tampoco la harían muy limpia luego de un día de aventura en caminos off road. El volante abandona el centro de Land Rover para ganar una forma más limpia pero manteniendo los elementos de uso de fábrica.
Se ganaron elementos de aluminio como en los pedales e insertos en el tablero y consola además del nombre de Mansory por todos lados.
Con respecto al motor, Mansory no da detalles pero informa que se puede reprogramar la computadora a bordo para ganar algunos caballos y par motor. La suspensión puede rebajarse hasta 30 mm en pro del desempeño.
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