dom 22 de diciembre de 2024

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Nissan Leaf, el eléctrico que se robó el Salón de Tokio 2009

El eléctrico accesible que llegará en 2010, se robó el Autoshow gracias a su propuesta integral de movilidad sustentable.

Nissan Leaf, el eléctrico que se robó el Salón de Tokio 2009

El Salón de Tokio en su edición 2009 fue sin duda un espectáculo local, hubo pocas novedades que impactarán a los mercados fuera del archipiélago nipón, el totalmente nuevo Infiniti M y Lexus LF-A como modelos de producción son quizá los únicos, además del vehículo totalmente eléctrico de Nissan, el Leaf.

El tema verde en la industria automotriz está de moda, se ha convertido en el perfecto argumento mercadológico para revivir a una industria que la ha pasado muy mal durante esta crisis financiera global que nos aqueja, todos los fabricantes presentan propuestas híbridas, eléctricas o incluso de hidrógeno en afán de demostrar su compromiso con el gastado tema medioambiental. El problema es que hemos llegado a un punto en el que los fabricantes sienten la imperiosa necesidad de decir que están haciendo algo para desarrollar vehículos verdes cuando en realidad, en la mayoría de los casos no existe una  propuesta real.

Pero pocos son los fabricantes que han dado claros pasos para pasar del dicho al hecho, y uno de ellos es Nissan que con su nuevo eléctrico Leaf que llegará a los mercados Japonés, Norteamericano y Europeo el próximo año toma la el liderazgo en este tema de vehículos cero emisiones. La alianza Renault – Nissan ha efectuado inversiones de unos 14 mil millones de euros en su programa de desarrollo de autos eléctricos.

El Leaf, es un vehículo hatchback compacto con capacidad para 5 pasajeros, diseño diferenciado, amplio espacio interior y de carga que además resulta ser que se mueve mediante un motor eléctrico montado en la parte frontal de 260 Nm y se alimenta de una batería de litio – ion de alta densidad ubicada en el piso del vehículo y debajo del asiento posterior, que se compone de 48 módulos, cada módulo con 4 celdas y que en total entrega 90 kW. Esta batería está basada en manganeso, que resulta bastante más barato que el nickel o el cobalto, que eran materias primas muy escasas y costosas para fabricar baterías.

Esta batería desarrollada conjuntamente con NEC, permite al Leaf una autonomía de 160 kilómetros (está demostrado que el 80% de los conductores a nivel mundial recorren 100 kilometros o menos cada día) y aunque el auto tardaría en recargarse 8 horas en un toma corriente de 210 voltios y el doble en uno de 110, la firma también ha desarrollado un sistema de carga rápida mediante una conexión de 3 fases que podría recargar el 80% de la batería en 30 minutos. Este dispositivo en EE.UU. tendría un costo aproximado de instalación de 1.000 dólares.

Pero el Leaf no es solamente un triunfo de la ingeniería ya que a diferencia de un Tesla o un Fisker, este será un vehículo accesible, que tendrá cifras de producción en el orden de 50.000 unidades en Japón y otras 150.000 en los Estados Unidos. Aunque aún no se tiene muy clara la manera en que será comercializado, bajo un esquema de leasing, Nissan espera poder venderlo a un precio equivalente al de un auto compacto tradicional.

Evidentemente para masificar el uso de un auto eléctrico se requiere una infraestructura de puntos de recarga que es un tópico a desarrollar conjuntamente con los gobiernos locales. En ese sentido, Nissan ya sostiene conversaciones en más de 30 países para desarrollar la infraestructura necesaria mediante estaciones de recarga.

Quizá los únicos comentarios negativos que han recibido los autos eléctricos desde que esta ola verde dio inicio, es el tema del impacto ambiental a futuro que podrían crear las gigantescas baterías que requieren. En ese sentido Nissan también ha buscado una respuesta y se ha aliado con Sumitomo para la creación de una compañía que tendrá como objetivo, el de generar un modelo de negocio en torno al ciclo de vida de las baterías luego de su tiempo de vida útil en el automóvil. Es decir, esta organización se encargará de revenderlas para otras aplicaciones como el almacenamiento de energía eólica o solar por ejemplo y en su caso cuando la batería haya terminado su periodo de vida útil, será reciclada.