Desde ayer el "santoral" del Turismo Carretera tiene un nuevo adherente a la devoción de los hinchas del Torino. Se trata de "San Patricio", porque el mayor de la dinastía Di Palma consiguió un triunfo de antología en la pista; un triunfo que estuvo a punto de resignar en los metros finales cuando el motor de su coche alcanzó a cruzar la bandera a cuadros, antes de quedar en cinco cilindros.
Pero estaba escrito: la tercera fecha del TC, era de Patricio Di Palma y lo aprovechó corriendo con la suerte a su favor.
"El Pato" Di Palma debió trajinar antes de sumar su quinto triunfo en el TC, sobre 131 presentaciones en la categoría. Fue el premio al trabajo de su equipo que debió resignar muchas horas al sueño para poner otra vez en carrera a un auto que había quedado muy golpeado en Balcarce por el despiste de Diego Aventín.
El rojo Torino, con la mecánica de Fabián Giustozzi, aguantó lo justo para ganar... y nada más. Atrás, quedaron 25 vueltas al circuito "Rosendo Hernández" de San Luis, que mostraron primero a Sergio Alaux (Chevrolet), a quien un venteo de aceite al promediar la final le hizo perder rendimiento.
Luego, en la vuelta 16, el acoso de Patricio tuvo su rédito y a partir de allí el mayor de los Di Palma comenzó a escaparse. Alaux intentó seguirlo, pero debió cuidarse de Emanuel Moriatis (Ford), que buscó sin encontrar el resquicio por donde poder superarlo.
La cuarta posición fue un "legendario" del TC: Eduardo Ramos (Ford), quien ganó una serie y estuvo a punto de subir al podio en ocasión de cumplir sus 300 carreras en el TC.